La prueba genética i3 analiza la presencia o ausencia de los marcadores de riesgo involucrados en las 3 intolerancias más frecuentes:
Intolerancia permanente al gluten (enfermedad celiaca)
Los síntomas de las tres intolerancias (al gluten, a la lactosa y a la fructosa) son muy similares. Por eso este análisis genético nos permite determinar el origen de los síntomas para tratarlos de forma personalizada y efectiva. Estudiar cómo afectan los grupos de alimentos a cada individuo podría incluso evitar la aparición de los síntomas gracias a un diagnóstico precoz.
Diarrea, dolor abdominal, indigestión, gases, hinchazón, distensión abdominal, deposiciones frecuentes, blandas y con muy mal olor.
Falta de apetito, anorexia, anemia y pérdida de peso. Psoriasis, dermatitis herpetiforme, pérdida de cabello y uñas débiles.
Infertilidad tanto masculina como femenina, reglas irregulares, aparición temprana de la menopausia, etc.
Calambres musculares, fibromialgias, dolores de huesos y articulaciones y osteoporosis.
Problemas de coordinación y movimiento, ataxia por gluten.
Dolores de cabeza, migrañas, fatiga, irritabilidad y depresión.
Diabetes tipo 1, hepatitis autoinmune, artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico y síndrome de Sjögren.
Enfermedad de Addison. En niños además supone la presencia de un menor crecimiento y falta de ganancia de peso.
La intolerancia a la fructosa produce hipoglucemia y el consumo de fructosa puede causar daños irreversibles en el hígado y los riñones.
Una intolerancia alimentaria es una reacción adversa del cuerpo provocada por el consumo de ciertos alimentos. Los síntomas de intolerancia más comunes son dolor de cabeza o de estómago, diarrea, sobrepeso, fatiga crónica, inflamación de las articulaciones y problemas de la piel. La ingestión de alimentos con sustancias para las que somos intolerantes provoca poco a poco problemas de salud severos. Lamentablemente, existe un gran porcentaje de la población sin diagnosticar.
Es una patología autoinmune con predisposición genética, determinada por varios alelos del sistema HLA. La presencia de estos provoca una reacción adversa al gluten en algunas personas. El gluten es una proteína presente en el trigo, centeno, cebada y productos derivados de estos cereales.
La celiaquía se caracteriza por la atrofia de las vellosidades de la mucosa intestinal y por una mala absorción de nutrientes por exposición al gluten que conlleva malnutrición y problemas intestinales entre otros.
La intoleracia a la lactosa (azúcar de la leche) es muy frecuente, producida generalmente por un déficit de lactasa (hipolactasia) que se adquiere con la edad. Cuando la actividad de esta enzima es muy baja, la lactosa no se puede digerir, provocando dolor abdominal, flatulencia y diarrea. La disminución en la producción de lactasa con la edad está determinada genéticamente.
La IHF es una enfermedad genética en la que existe una deficiencia de aldolasa B, enzima que permite la metabolización de la fructosa. Dicha patología impide la correcta digestión de cualquier alimento que contenga fructosa, sacarosa o sorbitol. El consumo de alimentos con estas sustancias puede provocar hipoglucemias graves, insuficiencia hepática y renal grave.
i3 es una prueba genética que permite determinar el riesgo de sufrir intolerancia al gluten, lactosa y fructosa en un mismo análisis.
i3 Es un test no invasivo. El ADN se obtiene de una muestra de saliva, de forma totalmente indolora y es apta para cualquier persona y edad.
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